lunes, 15 de julio de 2013

La segunda carta que no le envié a mi amor platónico.


La tarde es nublada y me recuerda tus grisáceos ojos. Mientras la brisa me refresca un poco el rostro 
cierro los ojos he imagino que el viento no es más que la suma de todos tus suspiros.

Ya me aventure con mi anterior carta confesando lo que siento y ahora, me pregunto ¿Cómo reaccionarias si te contase sobre la lista de cosas que me gustaría compartir con vos? Que compré una bicicleta de más con la esperanza que un día la manejes junto conmigo. Que quiero contarte atardeceres y cumplirte el montón de planes que no has realizado por no tener quien te anime. Lo escribo porque soy quizás cobarde, porque el miedo de espantarte me abstiene a decírtelo de otra forma -¿Qué más podrían ambicionar estas humildes letras que ser leídas y pronunciadas por tus labios?- Porque hay personas, como escuche en una película, a las que les es difícil dejarse adorar y yo creo, que eres de esas.

Por ultimo ya que no pierdo mucho diciéndolo acá...

...Yo no pretendo robarte el tiempo ni el espacio, no quiero consumirte porque no quiero que te acabes, no quiero hostigarte de ningún modo. Yo quiero verte volar y si es posible, volar a tu lado algunas veces.

Con amor, Dayana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Contacto

Email: badelldayana@gmail.com