viernes, 28 de abril de 2017

Carta a la luna.

20:13
Venía llena de ideas, ideas acerca del futuro, cientos de ideas. Un camino trazado estrictamente solitario. Alquile, amoblé y habite una pequeña isla en medio de la nada. Mi corazón, aniquilado en decenas de batallas de amor se resigno tranquilo a vivir en el silencio de ese lugar.

Ahí fue que tuve la impresión que la vida era como una playa donde el Sol ilumina tus días y te colora la cara mientras que la arena se llena de huellas de todo aquel que te habita, donde también se desatan tormentas y las fuertes olas romperán contra tu alma, te inundaran, llegaran con toda su fuerza sin avisar y más vale que aprendas a nadar antes de eso o sabrás lo que es ahogarse en lágrimas saladas como el mar.

De noche la Luna rodeada de miles de estrellas... Me resulto tan mágica, eternamente enamorada de la única estrella que logra eclipsarla, su Sol. Fieles en su danza. Cualquiera s simple vista creería que entre la Luna y el Sol no existe relación alguna ignorando que en realidad es el Sol quien ilumina a la Luna y la Luna quien le permite descansar al Sol y, cada cierto tiempo, El sol eclipsa a la Luna, se pone tan roja, la llena de amor. Luego es el la Luna que a través de un abrazo astronómico oculta al sol para permitirle ver el infinito universo.


Yo en mi pequeña isla privada aprendí todo esto observando callada y cuestionaba si existiría una Luna para mi Sol. Para la luz que seguía intacta en el fondo de mi corazón. Una Luna fiel que iluminara mi oscuridad e impulsara mi vida como la Luna impulsa las olas y le da aliento al mundo. Cansada de estrellas fugaces y amores efímeros descartaba la posibilidad de que existiese alguien que albergara en su interior aquella Luna y en mi futuro desbordado de planes no había espacio para ilusiones de ese tipo.

Sin embargo, siendo la vida como una playa no puedes controlar o predecir quien llegara a tus orillas aun escondiéndote en la más remota isla, por eso una noche llegaste y me enseñaste la lección más grande de todas 'que había pasado tanto tiempo observando el cielo y nunca me había permitido tocarlo' lo creía inalcanzable, pero me llevaste y fue allí que te mostré la luz que escondía por tanto tiempo en mi pecho y no me dio miedo ser el Sol. Luego descubrí que aquello había sido posible porque tu eras la Luna que a partir de ese momento ilumina mis noches.

Ahora tengo la certeza que cuando me abraces también eclipsaras mi vida y olvidaré toda idea de futuro en la que no estés presente.

Con amor del Sol para la Luna.




miércoles, 5 de abril de 2017

De noche sin ti la vida sigue, pero no me gusta tanto.

14:23
En el instante que deja de brillar el cielo entre tonos azul y rosa, justo en ese momento cuando cae la noche y la luna sale a desfilar en medio de las nubes con su vestido blanco, el silencio que se cuela entre el ruido de los carros que pasan, me dice que es otra noche más en la que te echo de menos. Y no hay manera de callar al silencio porque el ruido que no dice nada sólo vuelve más intensa tu ausencia. A veces me escondo en mi cama y repaso uno por uno nuestros momentos favoritos, otras veces salgo con la esperanza de tropezar contigo y todas las luces de los edificios y los semáforos me hablan de que te han visto pasar, entonces me invade la nostalgia, sobretodo cuando suena en la radio una canción que entre su letra lleva escrito tu nombre. 

Te extraño y decirlo me sale de en medio del pecho como si fuera la voz de mi alma quien pronuncia la frase. Siento también que cada noche en la que no nos vemos es una pagina perdida, una hoja en blanco que se ha estropeado. Todos los días sigo creyendo que estamos desperdiciando el tiempo de vivir algo realmente mágico, pero no tengo el valor de decírtelo. Hace ya más de cien paginas en blanco que nuestro final debió haberse escrito y yo sigo hojeando nuestra historia en busca de algún otro capitulo. Suelo encontrarnos de nuevo en medio de una aventura espontánea y casual de un día y cuando se aproxima la siguiente pagina pido en silencio que siga y no consigo más que, de nuevo, otra hoja en blanco. 

De noche sin ti la vida sigue, pero no me gusta tanto. 


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