domingo, 1 de septiembre de 2019

Los 5 primeros minutos de mi vida.

23:06
El miedo puede ser tu mejor combustible para superar toda la mierda que te ahoga. 

258 días, una hora y veinticinco minutos sin vomitar, sin perder la noción de la realidad en medio de un ataque de pánico, sin morder el polvo de la ansiedad. No fue sencillo escapar del monstruo porque de hecho eran varios. Cuando pienso en el momento donde por fin logré sentirme libre, se viene siempre la misma imagen a mi mente en la que veo las luces de la ciudad desde la ventana de un avión despegando. Sin embargo no vayan a creer que fue sencillo. Me ha tomado más de quinientas horas de terapia, varios psicólogos, un millón de artículos en Internet para entender mejor mi diagnóstico y hasta salvarme de mi misma a mitad de un suicidio frustrado.  

No sé por qué pero tengo la habilidad de hacer que las personas me amen o me odien. Nunca existe un punto medio. También dentro de mis habilidades sociales destaca el dar siempre la impresión equivocada. Creen conocerme a simple vista cuando no tienen ni la más mínima idea de la cantidad de mierda que tuve que superar para que ellos en cuestión de segundos decidan que clase de persona soy.

Imaginen a una niña de 7 años a mitad de un tiroteo, luego nueve meses después esa misma niña despidiendo a su padre en un aeropuerto. En los siguientes meses imaginen a esa niña cuidando que su madre no se sobrepase con los somníferos y antidepresivos. Y luego, como si fuera una película imaginen que apenas estos son los primeros 5 minutos del resto de mi vida resumida en un film de 2 horas.

Así es como se crea un trauma que te empuja a la bulimia nerviosa. Pudo ser peor, pude volverme drogadicta o que sé yo, hay un millón de psipatologías más graves. Aunque esta para mí fue lo suficiente destructiva. 

 Autoestima 0 amigos 0 apoyo 0 ganas de vivir 0 así inició mi marcador cuando apenas era una niña que no podía decidir ni controlar nada de lo que le sucedía.

Y hay más.


sábado, 3 de agosto de 2019

Los dos lados de mi.

1:17
De mi hay dos versiones:
la que hace lo bueno
y la que intenta ser buena
pero siempre toma malas decisiones.
En mi interior coexisten
y casi nunca se ponen de acuerdo.

Aunque predomina
la que lucha incesantemente
por ser correcta,
es esa misma,
la que comete errores
al exigirse tanto a sí misma.

La toxica es perfeccionista,
La buena es libre.
Y casi nunca me dejo ser libre.

Me auto evalúo constantemente
para señalar mis propios defectos,
y para ese lado de mi,
nunca soy suficiente.
Pero a veces,
cuando la perfeccionista se enreda
en sus propios laberintos de ideas y planes
escucho la voz de mi lado bueno,
que me dice que todo está bien conmigo,
que lo he hecho bien,
que de los errores solo se aprende.
No hay por qué autoflagelarse por ser humano.
Y vuelvo a sonreír,
esperando que algún día,
los dos lados,
dejen de dividirme y se unan
para sacar lo mejor de mi.



viernes, 12 de abril de 2019

Quiero volver a soñar con poesía.

23:52
Creces y dejas de soñar con las mismas cosas,
tus sueños se vuelven materiales,
vacíos.
Sin significado.

Pero a veces despierto de esos sueños
y deseo
con toda mi alma
volver a tener otros sueños.
Volver a soñar
con contar historias que
reflejen al mundo
y lo hagan sentirse
un lugar menos solo.

Quiero volver a soñar
con ser alguien feliz
que vive su vida con gracia
Quiero volver a soñar con la magia
de los atardeceres
coleccionar momentos en mi memoria
para utilizarlos como pinceles
y pintar recuerdos,
que se conviertan en arte
que sean poesía.

Quiero volver a ser quien solía ser.



sábado, 30 de marzo de 2019

Tormenta y cristales rotos.

19:00
El amor es un vino, servido gota a gota sobre la más costosa copa de cristal, tu corazón. Día a día mejora, se añeja, es más puro o se contamina, se pudre, se rompe la copa de cristal. Estoy segura que si pones tus oídos cerca de mi pecho cuando respiro podrías escuchar los pedazos sonar. Y mis alas, ya no me ayudan a volar porque las desplume para hacerte almohadas donde pudieras soñar tranquila, creyendo que soñabas conmigo. Pero si pudiera volar, volaría muy alto y me lanzaría al vacío, o tal vez conseguiría las fuerzas para desaparecer y volar lejos de ti.


Sabes que nunca aprendí a nadar y ahora que has desencadenado una tormenta en mis ojos, estoy ahogándome. Te juro que estoy en el fondo y no puedo salir de aquí, no sé flotar sobre estas lagrimas. Y te escucho gritar mi nombre, y yo trato, te juro que trato de salir a la superficie, pero cuando veo tu rostro la copa se rompe más, las alas pesan y me vuelvo a hundir. 

Cuando pienso en ti es como si pensara en una persona que no existe, que es distinta a la que está ahora frente a mi. Hoy llevabas el mismo suéter que usaste el día que te conocí... El mismo suéter del día que te conocí, lo usas el día que te desconozco. El día que me moría por saber quien eras y el día que me muero por no saber más de ti. 

Me pides una oportunidad y yo miro el vino derramado y lloro mientras me corto con los pedazos que quedaron de mi. Me dices, que lo intente... y no sé como decirte que lo que queda de mi tan sólo es tormenta y cristales rotos. 

viernes, 29 de marzo de 2019

Una cárcel con vista panorámica a la nada.

20:30
Miro por la ventana una ciudad que no significa nada para mi, no sé que hago aquí, no logro entender el significado de estar aquí. Tengo una cárcel con vista panorámica a la nada. Me asomo por la ventana y mido la distancia que me separa del piso y pienso ¿Dolería? ¿Te dolería? Soy victima de mis propias decisiones, yo misma elegí a quien me tortura lentamente con cada maltrato que recibo a diario. Me haces daño y dices que es mi culpa, a veces lo creo cuando pienso que si, fue mi culpa amarte, pero esta vez no voy a amarte más que a mi. 

Como un prisionero inocente estoy planeando mi escape, considerando todas las opciones que tengo. No quiero caer de nuevo en la dosis de anestesia de tus caricias, tu amor es una rosa con demasiadas espinas.  Y en el juicio por tu amor no voy a omitir nada, no voy a testificar a tu favor, no voy a declararme culpable, voy a condenar este amor a la muerte.

viernes, 18 de enero de 2019

De paseo por el cosmos

8:49

Vengo de una estrella llamada Venezuela, pero esta ha explosionado como una super nova y hoy día se ha convertido en un agujero negro. Salir de ahí no ha sido sencillo. Me ha costado muchísimo, no solo por las imposibilidades físicas sino también por el agujero negro que  dejo en mi pecho. 

Hoy día me encuentro de paseo por el cosmos, buscando un nuevo lugar en el universo al que llamar "hogar" y me he sorprendido al encontrar más de uno donde me he sentido a gusto. He visto las puertas de micro universos abrirse ante mi con la mayor amabilidad, haciéndome sentir bienvenida. He visto en los ojos de otros mi historia y he sido espectadora de sus vivencias también. El hilo que me sostiene a la vida se ha entrelazado con el de todos estos seres cósmicos que se han cruzado en mi camino.  

Es curioso, todo esto gracias a la explosión de mi estrella. Y pensar que siempre he dicho que somos polvo de estrellas. Una estrella expota, su polvo se riega por el cosmos y nutre de vida a otros planetas. Así es como ha llegado el hierro a mi sangre, el agua que nutre mi cuerpo, el calcio que sostiene mis huesos. Entiendo entonces que ellos y yo, actuamos del mismo modo que el polvo de estrellas en los planetas. Hemos salido de nuestra estrella a nutrir el mundo de otros con nuestros conocimientos, con nuestras historias y especialmente con nuestro amor, porque si bien el amor es un sentimiento universal, cada amor es único, cada corazón emana una luz especial.

Contacto

Email: badelldayana@gmail.com