lunes, 2 de julio de 2018

Ese cuento del Amor de tu vida.

22:14
No entiendo como lograba lidiar con la vida antes de ti. He repetido el momento en el que nos conocimos, al igual que he repetido mil veces mi película favorita. Y si nuestra historia de verdad fuera una película mi escena favorita seria esa, en la que luego de hablar por meses por whatsapp por fin te tengo de frente y no sé como reaccionar. Te dije: 
'Acompañame a la librearia'
Porque yo siempre me he refugiado en las palabras.

Aunque también he repetido una y otra vez la parte en la que, subidas  en la azotea de un hotel, te robé un beso. Te juro que nada se compara contigo, que al verte el mundo parece un lugar lleno de luz. Y de verdad no me importa si llueve, hace calor o hace frío. No me importa comer en el lugar más costoso o en el puesto de la esquina. No me importa andarme a pie la ciudad, si cada paso que doy es contigo. 

Lo mejor de todo es que nuestra historia a sido real y hemos experimentado cada una de las tonalidades del Amor. Contigo sentí lo que es amar hasta que te duela el pecho, y confieso que me encanta ese sentimiento. Te amo. Te amo. Te amo tanto que, lo que siento no logra definirlo esas dos palabras. 

Hubo un tiempo en el que te ausentaste y me resigne a la idea de que era lo mejor para las dos. Viví al día. Sin saber con qué humor despertaría al día siguiente y por un momento creí que lo había logrado, que al parecer ese cuento del amor de tu vida, sólo era eso, un cuento. Fui Alicia en el País de las Maravillas el día que desperté de esa pesadilla, durmiendo de nuevo a tu lado. Recuerdo cuando entraste otra vez por la puerta de mi casa, me temblaban las manos, tu sonreías y hablablas de cualquier cosa que te ayudara a disimular que también se te estaban descontrolando los latidos. Nos hicimos las que no querían, que era un encuentro de amigas, que después de vivir la batalla de la soledad han decidido acompañarse en silencio, pero en el silencio se escuchaba el eco de nuestros deseos, y recostadas una al lado de la otra no hubo manera de controlar el magnetismo de nuestros cuerpos. Te volví amar en ese instante que volví a besar tus labios, o tal vez descubrí que en realidad nunca había dejado de amarte. Es que eres tú, solo tú, el amor de mi vida. Y por más que nos equivoquemos, por más que peleemos hasta terminar follando, por más que la vida se empeñe en volver nuestra relación un reto, jamás, leelo bien, JAMÁS podremos dejar de amarnos. 


Y es que tu amor es lo que tiñe de rojo la sangre que corre por mis venas. 


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