Hoy renuncio.

Te voy a hablar de descubrimientos
como el  lunar que encontré en tu cintura
y el olor de tu pelo
que no se me olvida.
Mi favorito,
el de caminar con los dedos
por tu espalda,
con el que aprendí
que los grandes gestos
realmente son pequeñísimos.

Te voy a contar
lo difícil
que resulta
conformarse con la almohada,
que aunque hecha de plumas
no me ayuda a volar
desde que acobije mis sueños
una vez
entre tus brazos.

Te voy a advertir
que vas a sonreír con lagrimas en los ojos
el día que veas la película
de todo lo que quise compartir contigo.

La verdad me importaría muy poco
escribir este poema
y que el mundo supiera lo que siento
si pudiera susurrartelo.

Es cierto,
te tuve solo un momento
pero lo he recordado tanto
que se volvió infinito
y con eso me conformo.

Ya ves, cuando a mí
me pasan cosas tan buenas
las estropeo,
por eso hoy renuncio
y te prometo
que evitaré volverme tan pequeñita
cada vez que imagino
que nos besamos de nuevo.

Hoy renuncio
cierro la puerta
dejando solo la manija de adentro,
con una nota afuera
que dice
"Si no te vas a quedar
termina de irte"
por si regresas.