sábado, 30 de marzo de 2019

Tormenta y cristales rotos.

El amor es un vino, servido gota a gota sobre la más costosa copa de cristal, tu corazón. Día a día mejora, se añeja, es más puro o se contamina, se pudre, se rompe la copa de cristal. Estoy segura que si pones tus oídos cerca de mi pecho cuando respiro podrías escuchar los pedazos sonar. Y mis alas, ya no me ayudan a volar porque las desplume para hacerte almohadas donde pudieras soñar tranquila, creyendo que soñabas conmigo. Pero si pudiera volar, volaría muy alto y me lanzaría al vacío, o tal vez conseguiría las fuerzas para desaparecer y volar lejos de ti.


Sabes que nunca aprendí a nadar y ahora que has desencadenado una tormenta en mis ojos, estoy ahogándome. Te juro que estoy en el fondo y no puedo salir de aquí, no sé flotar sobre estas lagrimas. Y te escucho gritar mi nombre, y yo trato, te juro que trato de salir a la superficie, pero cuando veo tu rostro la copa se rompe más, las alas pesan y me vuelvo a hundir. 

Cuando pienso en ti es como si pensara en una persona que no existe, que es distinta a la que está ahora frente a mi. Hoy llevabas el mismo suéter que usaste el día que te conocí... El mismo suéter del día que te conocí, lo usas el día que te desconozco. El día que me moría por saber quien eras y el día que me muero por no saber más de ti. 

Me pides una oportunidad y yo miro el vino derramado y lloro mientras me corto con los pedazos que quedaron de mi. Me dices, que lo intente... y no sé como decirte que lo que queda de mi tan sólo es tormenta y cristales rotos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Contacto

Email: badelldayana@gmail.com