Todo eso que imagine y nunca sucedió.

Tus carcajadas entonadas sin precaución y la sonrisa que no puedo ver fijamente sin enmudecer. Tu nombre sinfónico entre mis labios. El caballero del cabello suelto a él, a ti, al que nunca  y siempre, al posible de lo imposible y todo lo que puedo esperar y no.

Que tu realidad reviva con una canción...
Quizás un día de estos te invite a tomar un café, mientras tanto me conformo con las resacas que compartimos los fines de semana.
Yo recuerdo amarrarme a tu espalda buscando las caricias que llegan justo debajo de la piel, mis oportunidades perdidas en algún lugar. Si pudiera encontrar el signo perdido entre tus miradas o el encendedor... no dudaría en usarlo.

Eres otra cosa un universo paralelo y quizás en ese seamos lo que en este deseo mientras yo aquí envidia de una yo, que no soy yo, que te tiene en otro lugar. Aveces mis ganas gritan pero no es mi estilo.

Vuélveme a besar que las palabras no sirven para nada.
Vuélveme a tocar que mirar no sirve para nada.
Vuélveme a desnudar que vestidos no servimos para nada.
Vuélveme a hacer todo aquello que me encanto, todo eso que imagine  y nunca sucedió.
Que no sirvo de nada si no hago lo que quiero.