miércoles, 20 de abril de 2016

Adiós antes de abrirte la puerta.

Tu mano y mi mano
son dos sombras que no logran tocarse,
A pesar que
el pedazo que quedó de ti
completa el vacío que sacude mi alma.

Todo el aire que evito respirar
viaja a tu casa
para darte aliento de seguir sin mi.

Me habría encantado conocerte
cuando los amaneceres nacían en mis pupilas
he iluminaban el mundo,
pero hoy
solo llevo dos lunas negras
que no paran de llover y llover.

Conocerte cuando despertaba
y me sentía segura,
 ahora me acuesto sobre mis inseguridades
y es un reto levantarme de la cama.

No puedo compartirte mi dolor,
te suelto
para cogerme.
Me voy queriendo quererte
para no quererte nunca más.
En silencio
el único lugar donde me quedan palabras.

Sin embargo sé
que tus labios me harían cambiar de idea
y no haberte hecho el amor
es dejar inacabado el poema.

1 comentario:

Literatura dijo...

"Dos sombras que no logran tocarse" Lo complicado de que dos personas rotas se comuniquen entre sí es la vulnerabilidad que destilan, provocando que el conflicto interno de las dos partes empiecen a intensificarse y se extiendan a otras áreas. Lamentable.

Publicar un comentario

Contacto

Email: badelldayana@gmail.com