sábado, 7 de enero de 2012

Tristeza.

Indeleble  sensación del marxismo y del filosofismo.
acaudalada de corazones mástiles.

Desdichada que en lágrimas dormía
depresión a quien se aferra con pasión
Llega con la fuerza de apagar estrellas
De volver oscura a la más clara luna.

Tan difícil de comprender
Tan difícil de complacer
Todo es tan acerbo, tan aciago, tan abrojo
Para ella el día nunca es cálido
Y la noche siempre demasiado fría
puede que su otro nombre sea soledad.

Pobre vagante de alma desgarra
todos la reciben con tal facilidad
Se vuelve parte de sus vidas, los eclipsa a toda voluntad.

Considerada también una enfermedad
que tiene cura dichosamente
o mejor dicho, un problema con solución.
Y es que siempre seria así ¿acaso?
aunque se valla siempre encuentra abrirse el paso.

susurra al oído de muchos
Es la mejor forma de acabar...  si la realidad no quieres enfrentar
Porque, sabes que las malas cosas son las mas fáciles de recordar
Y así fue como entusiasma.
Se vuelve suicidio.
tiñendo de rojo el ocaso novicio.

Ve aquello se siente completada
Susurra de nuevo
Es el fin de tu desconsuelo
Respiro tu último suspiro sin duelo.

Nota alegría por primera vez afligida
Y así es como LA TRISTEZA MUERE SONRIENDO.

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