Serena me quedo con mi Luna, que me calma, que me abraza y se mengua para mi. Mi Luna me esconde dentro de sus cráteres, de la luz y del tormento. Mi Luna me regala el firmamento colmado de estrellas, la noche, la frescura y los sueños.
Pero irremediablemente se hace de día y llega Sol. Sol me enloquece, me despierta, me aviva. Sol tan brillante siempre me deslumbra. Como me calientas Sol, como me quemas, me recuesto contigo entre las nubes, entre el cielo que sabes pintar tan bien, el que cambias de matices y afectas mis sentimientos. Es que Sol, ese color cuando llegas y amanece, y el crepúsculo cuando te vas... Si el amor tiene un color seguramente es ese.
Siempre seré una flor que necesite de sol pero que prefiere la noche, las estrellas y la luna.
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