sábado, 6 de enero de 2018

Si madre, prefiero ser una rebelde.

Cuando discuto con mi Madre siento un sinfín de emociones negativas recorriendo mi cuerpo, me molesta principalmente cuando empieza a compararme con mis santas y desamparadas primas, no me interesan esas pobres diablas ni su suerte, no me interesa si son menos privilegiadas que yo o si se esfuerzan más que yo, dudo que se hayan esforzado en esta vida más que yo de lo contrario estarían mejor que yo, lo que tengo en esta vida si debo agradecerlo a mis padres pero gran parte lo he conseguido por mi propio esfuerzo, yo no pido nada, que me den lo que quieran darme, pero yo me he esforzado bastante, he estudiado y trabajado desde que empecé mi carrera, no pido dinero, me compro mis cosas, pagos mis gastos ¿Cuál es la necesidad de compararme con esas ilusas? ¿Qué no salen de su casa y no sueltan el rabo de las madres? Prefiero ser una rebelde que una inocente mojigata que no sabe nada del mundo y de cómo son las cosas, que no tienen experiencia y no conocen nada fuera de su burbuja.

Si Madre, prefiero ser una rebelde que alcanzar el cielo encerrada entre cuatro paredes. No me interesa lo que suceda cuando muera, me preocupo de aprovechar mi vida y hacer con ella algo que al menos me haga sonreír al recordarlo.


Me emputa la vida la manera en que mi Madre intenta protegerme rodeada de prejuicios y preocupada más por lo que dirán que por lo que me suceda. Pero sé que llegará mi momento de demostrarle lo muy equivocada que estuvo cuando yo alcance mis metas y aquellas con quienes tanto me comparó estén pudriéndose de amargura en su miseria y conformismo. 


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