La niña y la roca.

Hoy leí sobre una niña que decidió andar con una roca en la cabeza porque no deseaba crecer, me recordó a mí naturalmente. En mi caso, desde que descubrí como hacerlo, me paseo con libros encima. Hasta creo que lo aprendí antes de caminar, esperando mínimo ser algún día una historia interesante que contar. A ver si se cumplía el dicho "dime con quién andas y te diré quién eres" porque amistad para mí, significó primero, encontrarte comprendido por un párrafo dentro de un libro que a su vez se convierte en el mayor descubrimiento de tu vida.

Lo que sucedió realmente fue predecible; termine contagiada del peor de los vicios de mis mejores amigos y me convertí gradualmente en un genio del vomito verbal, en una arquitecta de versos, toda una experta en desprender las ideas y pegarlas en el papel. Al final de un tiempo termine necesitando dosis más prolongadas, historias más largas, poemas más profundos y ahora no me diferencio entre lo que soy y el librero del fondo, pero a todas éstas.... lo que quería contarles es que me pregunto qué tan lejos llegará la niña con la roca.