lunes, 17 de diciembre de 2012

Al de las lagrimas pintadas en el cielo.

365 días para darle la vuelta al mundo. Llegar al mismo punto y encontrarte aún sentado allí. 

a veces quisiera decirte con cuanta dulzura te recuerdo,
 y cuanto no puedo evitar echarte de menos. 


- Nunca olvidare cuando me mirabas mientras yo observaba por la ventana del metro. Jamas te conté que en ese momento veía el paisaje a blanco y negro, hasta que, te vi, allí en frente, incondicional como siempre. Y tus ojos me hicieron notar todo aquello que estaba dentro de ti y tanto quisiste darme. Le devolviste el color a todo a pesar que el día era gris y frió. Luego me acompañaste a caminar debajo de la lluvia, por aquellos lugares que deseaba nunca más visitar. Tu allí  conmigo, pasando justo en frente de la casa del lobo, sin miedo, tomando mi mano, ayudándome a ser valiente. Diciéndome "ya basta, no más, ya no podrá lastimarte". Después me abrazaste porque temblaba. Tristeza, miedo, frió, lo destruiste todo. Eres más fuerte de lo que crees y ciertamente ignoras cuanto vales.

Tampoco olvidare cuando respondiste a mi auxilio, en aquel lugar donde las sobras comenzaban a consumirme. Corriste a abrazarme haciéndome entender que ya estaba a salvo. Me llenaste de paz y subimos a tu auto. Desde entonces tengo la certeza que de verdad no estoy sola. 

Y claro... en el momento en el que estaba perdida en el cielo infinito, tú me regalaste el pedazo brillante de la luna. 

Al de la mirada habladora.
Al historiador durmiente.
Al de los ojos verdes.
Al débil más fuerte que conozco.
Al que solo le falta creer.
Al de las lagrimas pintadas en el cielo.
Al que amo.
                           Es contigo, ven, es mi turno de cuidarte. 

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