martes, 14 de abril de 2015

El peligro está.

Mirando disimuladamente
una, dos, tres veces
nuestros ojos confiesan
que el magnetismo
más que física
es físico
y no hay formula
para calcular
si tú más yo
es una carga positiva.

El peligro habita
o resulta ser parecido
a columpiarme por el borde de la cama.
Caer por un precipicio
no es también
hundirme en tus sábanas,
lanzarme por un precipicio
intentando desarrollar alas
no es también
hundirme en tus sábanas.

Coincidiendo sin casualidad
en los mismos pasillos
los mismos días de la semana
con las mismas expresiones en el rostro
reproduciéndose en este orden:
Ojos dilatados,
sonrisa medialuna,
mejillas coloradas,
mirada al suelo,
seguir caminando
flotando por dentro.

El peligro se incrementó
el día que conversar hasta tarde
me borro todas las ojeras,
desde entonces
insomnio tiene poco que ver
con no poder dormir,
sino con no tener un nombre
que ponerle a la almohada.

El peligro está ahí
en el abrazo desprevenido,
si te acercas mucho,
si me despido y quiebro
los escasos centímetros
que apartan este beso...
hablándote al oído
entregándote mis manos
tú tomándome por la cintura
haciendo por mi
lo que nunca habías intentado.

Y siendo un verso lo nuestro
valiente se convierte en sentir
porque
 el peligro está allí
como sinónimo de amar.






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Contacto

Email: badelldayana@gmail.com