Aquel brillo en los ojos, cuando todo es nuevo y prometedor. Aquella sed en los labios por besar una boca desconocida que se encuentra a milímetros de la nuestra. El "No, aun no" y el "Sólo inténtalo esta vez" que te hacen sentir parte de una película. Así es como de la nada la persona más corriente se vuelve diferente a las demás. Y alguien que era uno más en la multitud se vuelve particular y está ahí, sentado en tu sofá, mirándote como si el futuro fuese más prometedor de lo que esperabas.
Te sudan las manos, no logras mantener la mirada por demasiado tiempo, sonríes cada diez segundos y dices cosas que normalmente solo se te escapan ebria. Te susurra algo al oído, algo que suena como una canción, algo lindo, algo así como la respuesta a todas tus preguntas... y te quedas ahí, congelada por siempre en ese momento inesperado, improvisado y perfecto.
Eso es lo que recuerdo de ti.
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