No es buena opción escribirle a un ex, mucho menos en momentos de crisis, pero fue Nahomi quien le envió a Victoria en el peor o el mejor de los momentos pues ya saben lo que dicen 'algunas personas son salvavidas y rocas al mismo tiempo'.
-Estuve pensando que seria bueno tomarnos unas cervezas un día y platicar un rato
-Si, a mi la verdad me gustaría verte
-¿Hoy que harás?
- Nada, no me siento de ánimos.
- ¿Qué te sucede?
- No me siento bien
- Vale... Bueno hoy vienen unos amigos a la casa y ya sabes, podría ser divertido, si quieres puedes venir.
- En realidad me hace falta salir, yo creo que si. Te llamo al ir.
- Esta bien.
A las siete de la noche estaba Victoria tocando el timbre de casa de Nahomi, incrédula de lo que estaba haciendo, de nuevo en esa casa y de ese modo inesperado y salvador, con los ánimos por el suelo ya que casualmente un día antes había cortado con su última aventura romántica, alguien con quien se ilusiono mucho y terminó de joder la poca fe que le quedaba acerca de las buenas intenciones de los otros. Y ahí estaba, en casa de su ex, vaya consuelo dirían muchos pero lo cierto es que pese al romance que alguna vez ellas dos vivieron existía algo más que las mantenía unidas, puede que el haberse conocido tanto haya creado cierto apego-amistad y a decir verdad si se querían, de un modo extraño y difícil de explicar se querían.
Al entrar en la casa estaba ahí en el jardín principal Nahomi esperándola, en el mismo lugar que la espero muchas veces antes. Victoria en ese momento experimentó una sensación muy rara, una especie de djavu con flashback pasado-futuro algo que le permitía entender que el destino de ellas dos era tan sólo conocerse, no tener una relación. Saludó a Nahomi sin mirarla a los ojos, sus pensamientos quedaron paralizados después de aquella reflexión. Se sentaron a esperar por otros amigos que ya estaban en camino. Era como si el universo entero estuviera observando aquella escena, hace mucho no se veían y las últimas veces que se vieron no fueron agradables sin embargo allí estaban, frente a frente, sonriéndose e intentando romper el hielo y conversar.
-¿Me vas a contar por fin que tienes?
- Termine con Ivana
- ¿Qué pasó?
- No merecía como me estaba tratando y la corte, eso fue todo.
- Que mal de verdad
- Y tú ¿Qué tal? Me dijeron que estabas con alguien
- Si y no, ya se acabo también
- Que triste
- Hmm ¿No me vas a contar al fin que fue lo que te hizo la... lo que te hizo?
- No quiero hablar de eso... después, además mira, ahí viene tu hermano.
Esa fue una larga noche, tan larga que se extendió hasta la madrugada, era normal que a casa de Nahomi frecuentaran muchas personas de todo tipo y entre tantas personas Nahomi y Victoria no hablaron. Se hizo demasiado tarde para lograr pedir un taxi y Nahomi invitó a Victoria a quedarse, era un poco incomoda la situación, al menos lo era para Victoria quien se sintió irresponsable por esperar hasta tan tarde en decidir irse, tal vez fue el miedo de estar sola nuevamente en su apartamento o el saber que al llegar la esperaba desnuda la realidad que no deseaba enfrentar en esos momentos. Ya en la habitación dispuestas a dormir Nahomi le ofreció una pijamas y una sabana a su nueva-vieja amiga, Victoria por otro lado miraba las dos camas, su deseo era compartir la misma con Nahomi, quería tenerla cerca para lograr dormir, no quería al insomnio de acompañante.
- Oye... Nahomi
- Dime
- ¿Puedo dormir contigo?
- Si quieres... Si
Es curioso como el tiempo vence a las heridas y en ocasiones el tiempo en silencio en vez de alejarnos nos permite conciliarnos, hacer borrón y cuenta nueva para escribir un capitulo diferente con los mismos protagonistas. Las protagonistas en este caso tú y yo, que tantas veces nos peleamos sin sentido, nos despedimos, nos juramos no volver a caer en lo mismo e hicimos cenizas todas nuestras posibilidades. Nosotras que buscamos nuevas caras que protagonizaran el amor en nuestras vidas y volvimos a suspirar y soñar pero por otras personas, seguimos siendo las protagonistas de nuestra historia que aunque se deforma sigue escribiéndose. Seguimos recordando lo que aprendimos de la otra, no hemos olvidado ningún detalle, aun tenemos la capacidad de reconocer nuestras voces lo que significa que pese a todas nuestras derrotas y errores, nos queremos, a nuestra extraña manera.
No imagine volver a tu hogar de esa forma, tan herida buscando que tu pudieras rescatarme del caos que se desato en mi vida y en mi mente, sabia que frente a ti no podría seguir llorando, era la única manera no sólo de paralizar las lagrimas sino todos mis pensamientos porque tú tienes ese poder de lograr que me olvide de todo lo importante, tal vez por eso me hayas gustado tanto. Te necesitaba, aunque apenas y hable, aunque fui fría y distante y no te mire a los ojos, aunque dije cosas que no tenían nada que ver con lo que sentía y omití todo lo que me dolía y no te conté nada, no te dije que quería morirme, que no sabia que habría sido de mi esa noche si no hubieras aparecido de la nada, que al mundo bajo mis pies ya no le encontraba sentido y que si, que me habían roto el corazón nuevamente pero yo me había jodido a mi misma y no quería pensar en nada y por eso quería estar contigo.
No escribo esto para contarte ahora lo que me pasaba, no, eso ya no tiene importancia. Lo escribo para agradecerte por haber compartido conmigo tu cama una vez más, tu cama que fue nuestro refugio innumerables veces. Recuerdo que allí me pediste una vez que no te abandonara y allí has sido tu quien no me ha dejado sola. Pude dormir y soñar a tu lado donde me sentí tranquila, me ayudaste a conseguir mi calma dándome la oportunidad de ver las estrellas en el techo de tu cuarto, de ser miembro de ese cielo privado al que pocos pertenecen. Debo confesar que antes de quedarme dormida te mire por un tiempo y sonreí al escuchar tus ronquidos, me recosté en tu hombro para alcanzar oír tus latidos y supe que en ese corazón hace tiempo murió nuestro amor, pero ahora tenia una amiga que valía más que eso. Gracias.
Al entrar en la casa estaba ahí en el jardín principal Nahomi esperándola, en el mismo lugar que la espero muchas veces antes. Victoria en ese momento experimentó una sensación muy rara, una especie de djavu con flashback pasado-futuro algo que le permitía entender que el destino de ellas dos era tan sólo conocerse, no tener una relación. Saludó a Nahomi sin mirarla a los ojos, sus pensamientos quedaron paralizados después de aquella reflexión. Se sentaron a esperar por otros amigos que ya estaban en camino. Era como si el universo entero estuviera observando aquella escena, hace mucho no se veían y las últimas veces que se vieron no fueron agradables sin embargo allí estaban, frente a frente, sonriéndose e intentando romper el hielo y conversar.
-¿Me vas a contar por fin que tienes?
- Termine con Ivana
- ¿Qué pasó?
- No merecía como me estaba tratando y la corte, eso fue todo.
- Que mal de verdad
- Y tú ¿Qué tal? Me dijeron que estabas con alguien
- Si y no, ya se acabo también
- Que triste
- Hmm ¿No me vas a contar al fin que fue lo que te hizo la... lo que te hizo?
- No quiero hablar de eso... después, además mira, ahí viene tu hermano.
Esa fue una larga noche, tan larga que se extendió hasta la madrugada, era normal que a casa de Nahomi frecuentaran muchas personas de todo tipo y entre tantas personas Nahomi y Victoria no hablaron. Se hizo demasiado tarde para lograr pedir un taxi y Nahomi invitó a Victoria a quedarse, era un poco incomoda la situación, al menos lo era para Victoria quien se sintió irresponsable por esperar hasta tan tarde en decidir irse, tal vez fue el miedo de estar sola nuevamente en su apartamento o el saber que al llegar la esperaba desnuda la realidad que no deseaba enfrentar en esos momentos. Ya en la habitación dispuestas a dormir Nahomi le ofreció una pijamas y una sabana a su nueva-vieja amiga, Victoria por otro lado miraba las dos camas, su deseo era compartir la misma con Nahomi, quería tenerla cerca para lograr dormir, no quería al insomnio de acompañante.
- Oye... Nahomi
- Dime
- ¿Puedo dormir contigo?
- Si quieres... Si
Es curioso como el tiempo vence a las heridas y en ocasiones el tiempo en silencio en vez de alejarnos nos permite conciliarnos, hacer borrón y cuenta nueva para escribir un capitulo diferente con los mismos protagonistas. Las protagonistas en este caso tú y yo, que tantas veces nos peleamos sin sentido, nos despedimos, nos juramos no volver a caer en lo mismo e hicimos cenizas todas nuestras posibilidades. Nosotras que buscamos nuevas caras que protagonizaran el amor en nuestras vidas y volvimos a suspirar y soñar pero por otras personas, seguimos siendo las protagonistas de nuestra historia que aunque se deforma sigue escribiéndose. Seguimos recordando lo que aprendimos de la otra, no hemos olvidado ningún detalle, aun tenemos la capacidad de reconocer nuestras voces lo que significa que pese a todas nuestras derrotas y errores, nos queremos, a nuestra extraña manera.
No imagine volver a tu hogar de esa forma, tan herida buscando que tu pudieras rescatarme del caos que se desato en mi vida y en mi mente, sabia que frente a ti no podría seguir llorando, era la única manera no sólo de paralizar las lagrimas sino todos mis pensamientos porque tú tienes ese poder de lograr que me olvide de todo lo importante, tal vez por eso me hayas gustado tanto. Te necesitaba, aunque apenas y hable, aunque fui fría y distante y no te mire a los ojos, aunque dije cosas que no tenían nada que ver con lo que sentía y omití todo lo que me dolía y no te conté nada, no te dije que quería morirme, que no sabia que habría sido de mi esa noche si no hubieras aparecido de la nada, que al mundo bajo mis pies ya no le encontraba sentido y que si, que me habían roto el corazón nuevamente pero yo me había jodido a mi misma y no quería pensar en nada y por eso quería estar contigo.
No escribo esto para contarte ahora lo que me pasaba, no, eso ya no tiene importancia. Lo escribo para agradecerte por haber compartido conmigo tu cama una vez más, tu cama que fue nuestro refugio innumerables veces. Recuerdo que allí me pediste una vez que no te abandonara y allí has sido tu quien no me ha dejado sola. Pude dormir y soñar a tu lado donde me sentí tranquila, me ayudaste a conseguir mi calma dándome la oportunidad de ver las estrellas en el techo de tu cuarto, de ser miembro de ese cielo privado al que pocos pertenecen. Debo confesar que antes de quedarme dormida te mire por un tiempo y sonreí al escuchar tus ronquidos, me recosté en tu hombro para alcanzar oír tus latidos y supe que en ese corazón hace tiempo murió nuestro amor, pero ahora tenia una amiga que valía más que eso. Gracias.
con amor Victoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario